A medida que el Avivamiento Eucarístico Nacional llega a su fin este año en Estados Unidos, muchos creen que hay una necesidad de un avivamiento eucarístico global en otras partes del mundo, incluyendo Filipinas.

Capillas de adoración vacías en este país de mayoría católica y la falta de creencia en la Eucaristía están llevando a más parroquias a implementar una iniciativa sencilla llamada el “Compromiso de la Hora Santa” y a pedir mayor catequesis.

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El sacerdote filipino-estadounidense James Cervantes, de los Marianos de la Inmaculada Concepción (MIC), lamentó este fenómeno en distintas parroquias de Filipinas, a pesar de que el país es conocido por ser la nación católica más grande de Asia y la tercera más grande del mundo.

“Vine a Manila hace apenas un año y medio. Noté que hay muchas capillas de adoración donde Jesús está expuesto, pero están vacías y abandonadas. Me desconcertó. Pensé: ‘Bueno, tal vez sea solo esta’. Pero luego visité otra iglesia y otra más, en distintas ciudades, y otra vez Jesús estaba expuesto, pero todas estaban vacías. En EE.UU. o en Polonia esto ni siquiera se permitiría. Sólo podía pensar: ‘Oh Señor, no hay nadie aquí, lo siento tanto, Señor’”.

El P. Cervantes relató una situación trágica ocurrida en una parroquia de Manila, donde el copón con la hostia consagrada fue robado por ladrones dentro de una capilla de adoración vacía.

¿Cómo puede una nación profundamente devota como Filipinas carecer de adoradores? Cervantes dijo que esto es sólo un síntoma de un problema más profundo.

“Las capillas de adoración vacías son sintomáticas de un problema más hondo. La gente aquí tiene hambre de fe; de hecho, quieren saber lo que enseña la Iglesia, pero hay una falta de catequesis y de formación en la fe”, señaló el sacerdote a CNA —agencia en inglés de EWTN News—.

Para muchos católicos filipinos, la fe se vive meramente a través de rituales externos, pero falta una relación profunda con Jesús y una catequesis sólida.

Este no es sólo un problema de Filipinas, sino también universal. Incluso en países de mayoría católica como Brasil y México, se ha informado de un aumento en el número de católicos que abandonan la fe para unirse a denominaciones protestantes debido a la falta de formación y de una relación personal con Cristo.

Tanto el Pew Research Center en su estudio Religión en América Latina (2014) como Premier Christian News en Los evangélicos están a punto de superar en número a los católicos en Brasil (2025) han informado del declive del catolicismo y del crecimiento del protestantismo en América Latina, debido principalmente a “la falta de un encuentro personal con Cristo”, lo cual deja a muchos espiritualmente hambrientos y vulnerables a la conversión.

En contraste, las iglesias evangélicas suelen enfatizar la conversión personal, la relación con Jesús y el estudio bíblico, llenando el vacío dejado por una pobre catequesis en las comunidades católicas.

Un católico que regresó a la fe en Filipinas y que prefirió mantenerse en el anonimato compartió con CNA que sentía que no estaba siendo “alimentado” en la Iglesia Católica y por eso buscó saciar su hambre espiritual en otros lugares.

“En las iglesias evangélicas tenemos escuela dominical, estudios bíblicos y grupos de discipulado que nos mantienen conectados con nuestra fe”, compartió. “Tenía hambre de Jesús. Quería crecer más en mi fe, pero no hay muchas oportunidades de formación continua en la Iglesia Católica, así que busqué eso en los círculos evangélicos.”

¿Qué lo trajo de vuelta? La Eucaristía.

“A pesar de toda la predicación carismática, la música y la evangelización, sentía que algo faltaba. No teníamos la Eucaristía. Fue la Eucaristía la que me trajo de vuelta a la fe católica, y es la Eucaristía la que me mantiene”, explicó.

“Cuando comprendí verdaderamente el significado del santo sacrificio de la Misa, y la presencia real de Jesús en la Eucaristía, no había forma de regresar. Si tengo hambre de ser ‘alimentado’, tiene sentido que sólo Jesús en la Eucaristía pueda hacerlo. Sin la Eucaristía, sentía que algo profundo me faltaba”, agregó.

El P. Cervantes coincidió, asegurando que “la Misa es el acto de adoración más poderoso en el que puedes participar sobre la faz de la Tierra”. “Hay parroquias que son vibrantes, llenas de vida, llenas del Espíritu… Están tan vivas. Se nota la diferencia. Necesitamos volver a lo esencial: misas más reverentes y buenas homilías”, continuó.

“La gente de todas formas viene a Misa dominical, así que los sacerdotes debemos aprovechar esa oportunidad para darles una catequesis básica en ese mismo momento. Es necesario que los sacerdotes enfaticen la doctrina de la presencia real de Jesús en la Eucaristía. Es necesaria una re-catequesis de los fundamentos más básicos de la fe católica”, añadió Cervantes.

Una solución sencilla: el compromiso de la Hora Santa

Como respuesta a la crisis de fe en la Eucaristía y de catequesis, varias parroquias de Filipinas han implementado una solución simple pero concreta: la iniciativa del “Compromiso de la Hora Santa”, que ha mostrado un éxito notable.

Una de estas parroquias es San Juan Bosco y el Centro para Jóvenes Trabajadores en Santa Rosa, Laguna. Afuera de su capilla de adoración perpetua hay tarjetas de compromiso donde cualquier persona puede apuntarse y prometer una hora semanal para acompañar a Jesús en el Santísimo Sacramento.

Los feligreses firman dos tarjetas del tamaño de una billetera que dicen: “Te amo, Señor. Por el profundo amor que te tengo, oh mi querido Señor, ofrezco una Hora Santa cada semana para consolarte y hacer reparación por mis pecados, los de mis seres queridos y los del mundo entero”. En la parte inferior de la tarjeta, cada persona se compromete a un día y una hora específica de la semana.

Una tarjeta se deposita en una caja afuera de la capilla de adoración y la otra se guarda en la billetera o se coloca en la puerta del refrigerador como recordatorio del compromiso semanal. Desde que comenzó esta iniciativa, la parroquia reportó un aumento significativo de visitantes.

“Funciona porque no se están comprometiendo con ningún personal o persona, sino con el mismo Señor”, dijo Johanna Adaza, jefa de personal del Santuario Arquidiocesano de la Divina Misericordia en El Salvador, Filipinas, que también ha implementado su propia iniciativa de Hora Santa.

“Lo que notamos es que la mayoría de los que adoran a Jesús en el Santísimo Sacramento son personas mayores. Hay una falta de formación en las generaciones jóvenes, y por eso necesitamos re-catequizar a los jóvenes”, dijo.

Un joven de una parroquia en Manila compartió: “Queremos crecer en la fe. Anhelamos entender la belleza de la Misa y la santidad de la Eucaristía. Pero algunas Misas se sienten más como espectáculos que como momentos sagrados. La reverencia se reemplaza por entretenimiento o bromas. Vamos a Misa porque buscamos algo más profundo. Tenemos hambre de la Palabra, de sentido, de reverencia…”.

“Espero que los sacerdotes realmente preparen sus homilías. Puede durar sólo cinco minutos, pero debe ser sustancial. La homilía es la catequesis para algunos y el único momento para aprender sobre la fe”, agregó.

Kent, un adorador de 25 años en la parroquia de San Juan Bosco, comentó a CNA: “Solía sentirme deprimido y sin sentido. Un amigo me sugirió visitar el Santísimo Sacramento aunque sea 15 minutos al día. Pensé que era una proposición absurda, pero decidí intentarlo. Con el tiempo, empecé a notar la diferencia. No podía vivir sin eso. Me comprometí a una hora semanal en mi tarjeta de compromiso, pero empecé a ir todos los días. Quería estar cara a cara con Jesús tanto como pudiera. Como solía decir San Juan Bosco, patrono de nuestra parroquia: ‘¡Las visitas frecuentes al Santísimo Sacramento convertirán a hombres ordinarios en santos!’”.

Traducido y adaptado por ACI Prensa. Publicado originalmente en CNA.