La Hermandad de Jesús Amigo de los Niños, de la Diócesis de Salamanca (España), hace posible que personas ciegas o con discapacidad visual experimenten la belleza de la Semana Santa gracias al proyecto “Sentir”.

Una buena parte del impacto espiritual y artístico de las procesiones descansa sobre la calidad de las esculturas de los cristos y las vírgenes que recorren las calles de tantas localidades españolas, tanto en la alegre Andalucía, como en la más sobria Castilla. 

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Quienes no pueden ver o tienen una visión muy reducida pueden vivir esta experiencia tocando con sus manos el grupo escultórico que recorre las calles de Salamanca el Domingo de Ramos.

Se trata de una imagen de Nuestra Señora de la Palma y otra que representa a Jesús a lomos de la borriquilla entrando en Jerusalén, con un niño en brazos, junto a una mujer embarazada.

Hasta la sede de la hermandad, en la Catedral Nueva de Salamanca, se acercan diferentes grupos de personas para posar sus manos sobre estas obras de arte sacro e interiorizar, a través del tacto, sus volúmenes, texturas y detalles.

Joaquín Sánchez, una de las personas que ha podido disfrutar de esta experiencia, fue perdiendo la visión de forma paulatina desde los 30 años. A sus 77 años, describe sus impresiones: “Una talla la puedes tocar y el sentimiento es distinto, más cerca de lo real”, recoge el sitio web de la diócesis.

Varias personas con discapacidad visual aguardan para palpar imágenes de Semana Santa en España. Crédito: Diócesis de Salamanca.
Varias personas con discapacidad visual aguardan para palpar imágenes de Semana Santa en España. Crédito: Diócesis de Salamanca.

Junto a él, también estuvo Socorro Hernández, de 79 años, que quedó ciega hace 9 meses y se ha mostrado emocionada al poder tocar por primera vez la talla de una Virgen procesional. Tras recorrer el rostro de la Virgen de la Palma, afirma que es “guapa”; y después de sostener en sus manos las de la Madre de Dios, confiesa: “me llena de alegría y así me hago una idea de cómo es”. 

Esta experiencia adaptada no es la única impulsada por la Hermandad de Jesús Amigo de los Niños. El Domingo de Ramos, junto a la puerta de la catedral, también dispuso una zona especial destinada a personas mayores, que de otra manera no pueden acercarse a las procesiones por las dificultades de movilidad. 

Además, en estos días la hermandad reserva un espacio junto a la universidad, en el llamado Patio de Escuelas, en el que no se utiliza la música para poder acercar la Semana Santa a quienes padecen trastorno del espectro autista o especiales condiciones de sensibilidad auditiva.